ALAMAR, MICROUNIVERSO DE LO BELLO.
Más real que ficticia es la historia que cuenta Pedro Gonzales Rubio, igual de real que el sol golpeando la cara, los olores y la inmensidad del mar. Alamar, con su juego de palabras resulta ser más profunda de lo que parece, mensaje ecologista, las generaciones y su interacción con la vida marítima, la ausencia de familiares, el amor incondicional y el observador de la vida.
“Viejos son los caminos y todavía los recorremos”
Natan es hijo de Jorge, mexicano del mar, un hombre que lo vemos generoso, amable y férreo; su madre, Roberta, es una italiana que está ausente durante el tiempo de la película pero vemos cómo Roberta y Jorge entablaron una relación que se llevó las olas y también a su hijo. Podemos ver en la película la vida de Jorge mientras Natan está con él un tiempo, un momento íntimo, momento de observar, de respirar y ver. Natan observa el mar y aprende mientras Jorge también aprende sobre él y sobre su colega experimentado.

Mientras Natan observa a su padre emprender un oficio, la vida pasa frente a nosotros, la delicadeza de alimentar un pájaro y la fuerza de sacar un pez grande del agua.
“El que vive en el mar, vive feliz”
Las amenazas más grandes están frente a los ojos de los pescadores, desde un simple cocodrilo que convive con el niño hasta el mar gigante que te puede desaparecer en su gigantez, pero son tomadas con calma, con paciencia ya que no hay nada peor que la amenaza de los hombres hacia una tierra paradisiaca y hermosa.
La búsqueda de “blanquita” es el tema central que une el respeto por lo que nuestros personajes ve a su alrededor y por lo que se encuentra dentro de ellos, desde un Niño que no tiene a sus padres unidos (ni siquiera dentro del mismo país) y un padre que ama su tierra tanto como a su hijo, su piel correosa que comienza a contar mil historias sobre un lugar honrado, honesto y hermoso. La escena donde Jorge trata de alimentar a “blanquita” creo que es una síntesis del sentimiento de la cinta, trata de enseñarle a su hijo cómo se debe de tratar a un animal, cómo debe de tener serenidad al momento de tocarla, cómo el animal tiene que aprender de ellos también y como la ternura es la solución.
La poesía visual de una región dentro de nuestro país, se nos entrega con facilidad y dulzura mientras un padre y un hijo se conocen, conviven y se aman.